Las uñas de los pies también merecen atención, no solo por cuestiones de belleza e higiene, también para prevenir problemas como la uña encarnada o los hongos.
Las uñas de los pies suelen crecer mucho más despacio que las de los dedos de la mano y es fácil que no les prestemos los cuidados que necesitan con la frecuencia adecuada.
No es necesario llevarlas pintadas, pero si deben estar bien recortadas y limpias.
Las recomendaciones para cuidarlas son:
- Cortarlas horizontales y cuadradas. El intentar redondearlas puede resultar perjudicial pues facilita la formación de espolones que se insertan en la piel.
- Dejarlas 1-2 mm más largas que el dedo del pie para proteger el extremo.
- Limar el borde si es necesario para que quede suave.
- Lavarse los pies a diario, en la ducha o con agua fresca, pero no más de una vez al día.
- Combatir los hongos en cuanto aparezcan. Suelen aparecer en forma de manchitas amarillas.