Elogiar es un arte. Puede parecer un gesto sencillo, pero dar una alabanza que realmente resuene y motive a alguien requiere reflexión y consideración. Ya sea en casa, en el salón de clases o en la oficina, la alabanza bien otorgada puede tener un impacto duradero en el comportamiento y la autoestima de quienes los reciben.
Imagina un mundo donde cada esfuerzo, cada logro, sea reconocido. Desde el aula hasta la oficina, el poder de un elogio genuino puede transformar no solo el momento, sino también el futuro de una persona.
Los elogios sinceros
Un elogio genuino no es solo un cumplido; es un reconocimiento específico que puede motivar y fomentar comportamientos positivos. Imagina a un estudiante que acaba de completar un proyecto difícil o un empleado que ha logrado sus objetivos y más. Al reconocer sus esfuerzos de manera específica, estás reforzando la idea de que su arduo trabajo ha valido la pena.
No todos reciben las alabanzas de la misma manera. Al igual que un sastre ajusta un traje, los elogios deben adaptarse a la persona. Algunos pueden responder mejor a una felicitación pública, mientras que otros prefieren una nota privada o una discreta palmadita en la espalda. Entender estas preferencias hace que el reconocimiento de sus méritos sea más significativo.
Reconocimiento público: Celebrar logros en reuniones o eventos puede reforzar el comportamiento positivo y motivar a otros.
Reconocimiento privado: Un agradecimiento personalizado por correo electrónico o una nota escrita a mano puede tener un impacto más profundo en el destinatario.
Reconocimiento físico: En situaciones informales, como después de un esfuerzo físico, una palmadita en la espalda o un abrazo pueden ser formas poderosas de mostrar apreciación.
Cuándo y cómo hacerlo
Elogia cuando se logre un objetivo, y también cuando se haya hecho gran esfuerzo.
Elogia el comportamiento, no la persona.
Hazlo pronto y especifica bien lo que elogias.
Expresa cómo te sientes al respecto y para un momento, así la persona recibiendo el elogio tendrá tiempo de asimilarlo.
Anima a continuar con el buen trabajo.
Encuentra el equilibrio entre elogios y retroalimentación constructiva
Aunque el elogio es esencial, también lo es saber cuándo y cómo proporcionar retroalimentación constructiva. En lugar de evitar la crítica, usa elogios para equilibrar la retroalimentación, creando un ambiente donde el crecimiento es aplaudido y los errores son vistos como oportunidades para aprender.
El impacto a largo plazo
Al ser genuino en tus elogios, estás demostrando verdaderamente tu aprecio por la persona y sus essfuerzos. Esto no solo les hace sentir bien en el momento, sino que también les inspira a seguir dando lo mejor de sí mismos en el futuro.
Las alabanzas sinceras y constantes hacen maravillas con la autoestima y la confianza de quienes las reciben. Todos sabemos lo importante que es la aprobación paterna para un niño, pero hay muchos más casos. Desde un estudiante o un deportista que sientes que sus esfuerzos se valoran, hasta un empleado que ve reconocido su arduo trabajo, la alabanza puede moldear la percepción que las personas tienen de sí mismas y fomentar un ciclo de comportamiento positivo.
En el aula
Cuando un estudiante logra mejorar sus calificaciones, un maestro podría decir, «He notado que te has esforzado más este mes. ¡Y se ve que has mejorado!». Esto no solo celebra el logro, sino que también anima a continuar con el buen trabajo.
En el lugar de trabajo
Al reconocer el esfuerzo o los logros de un empleado, el jefe podría optar por un reconocimiento público en una reunión de equipo, diciendo, «El enfoque innovador de Ana en este último proyecto ha ayudado termendamente a cumplir con nuestros objetivos y fechas. Ana, ¡gracias por tu dedicación!».
En casa
Una madre que alaba a su hijo por ordenar su habitación podría sonar algo como, «Estoy muy contenta al ver todo tan ordenado. Es un placer ver lo responsable que eres».
Elogios auténticos
El poder de un elogio genuino a tiempo es innegable. Al personalizar tus elogios, equilibrarlos con retroalimentación constructiva y ser genuino, puedes inspirar a otros. No solo construyes puentes de comunicación y confianza, sino que también motivas a las personas a superarse. Así que, la próxima vez que veas un esfuerzo digno de reconocimiento, para y elógialo. Después de todo, cada pequeño reconocimiento que alguien recibe puede ser el impulso que necesita para alcanzar nuevas alturas.