Recuerda que el cerebro de la madre es importante

Una madre embarazada jugando con su otrp bebé.
La neurociencia de la maternidad dice que si la madre es feliz, el bebé también lo es.

Cuando una mujer va a ser madre, no solo experimenta cambios físicos sino también mentales desde el embarazo y hasta después del parto. El libro El cerebro de la madre, Mamá contenta, bebé feliz. La neurociencia de la maternidad, es un ensayo de la neurocientífica y mamá, Irene de Torres sobre el poder transformador de la maternidad.

En esta lectura se sostiene que no solo el cerebro del bebé va cambiando, sino también el de quien lo cuida. Por ello, es que cada vez hay más estudios sobre el cerebro de la madre humana, un interesante campo en ac­tual desarrollo. En esta obra se comparten, también, varias in­vestigaciones previas sobre los cambios encefálicos en otras madres mamíferas.  Estos trabajos guiarán las reflexiones que en la lectura aparecen y ayudan a aprender que una madre acaba siendo la mejor ex­perta en su hijo, aunque eso no sea algo que ocurra de la noche a la mañana ni, por supuesto, de forma automática.

“La llegada de un recién nacido conlleva un conjunto de adaptaciones conductuales en las madres dirigidas a garantizar el bienestar de la descendencia, y esto se traduce en cambios a nivel cerebral mediante la capacidad neuroplástica del sistema nervioso para transformarse de forma adaptativa en respuesta a demandas fisiológicas y ambientales. Cada vez hay más estudios sobre el cerebro de la madre humana; es un interesante cam­po en actual desarrollo. Previamente se ha investigado más sobre los cambios encefálicos en otras madres mamíferas, de lo que se han sacado importantes datos. Y es que la neu­roplasticidad permite que las conexiones neuronales se reorganicen y se adapten para dar mejor respuesta a los requerimientos del entorno. Las madres llevan miles de años modificando su estructura encefálica desde su primera maternidad”, afirma la autora.

La transformación de una madre

“Si piensas que sientes más intensamente desde que has sido madre, no te equivocas. Tu cerebro está favoreciendo que prestes más atención a la emocionalidad, porque en este periodo vital es necesaria para la conexión con tu hijo. A veces esto provoca que puedan salir a la luz emociones reprimidas previamente, o que interpretemos las palabras de otros desde nuestra amígdala cerebral con menor filtro de la corteza prefrontal, que es el principal regulador de la conducta. Nuestro estado de ánimo influirá en nuestros pensamientos, incluso en los recuerdos que evocamos y en nuestro comportamiento. Esto no es ni bueno ni malo, quizá sea simplemente necesario, y es útil conocerlo para poder aceptarlo y navegar con ello”, sostiene la médica especialista en Medicina Física y Rehabi­litación.

El cambio que experimentan las madres en torno a la sensibilidad es el perfecto aliado para percibir las necesidades del bebé. Sin embargo, la escritora lanza una advertencia, “cuidado, porque en ocasiones puede actuar como enemigo haciendo que nos sintamos poco comprendidas por las personas del entorno. Barajemos la situación de la forma más equilibrada que seamos capaces. Los cambios emocionales que vive una madre son complejos y a veces paradójicos. Se han dado casos de madres que han mantenido el temple en situaciones altamente estresantes con tal de proteger a su bebé. Existe una tendencia a la calma que se hace muy necesaria para el cuidado. Otro regalo que nos puede traer la maternidad, por tanto, es cierta serenidad ante la presión, que, una vez equilibrada y aceptada, nos será útil en múltiples circunstancias. Hablo de equilibrio y aceptación porque hay mujeres que no se reconocen en ella y esto las conduce temporalmente al desánimo. Toda madre nerviosa está en el proceso de transformarse en una madre serena. Date la oportunidad de conseguirlo y de recuperar esta plenitud cada día de nuevo, ya que sin lugar a duda se pierde a menudo por momentos, aunque no nos apartemos del todo de ella.”

Portada del libro titulado El Cerebro De La Madre.

El mensaje a través de las 272 páginas de este libro es “un mensaje de autocuidado. Una llamada al abrazo de nosotras mismas con nuestras fortalezas y nuestras debilidades”, sostiene De Torres García. También hace una invitación a que las madres se den el tiempo amorosamente para crear nuevos hábitos y no torturarse si no se consigue todo desde el principio. “Es necesario aprender a manejar las expectativas y evitar que nos jueguen malas pasadas. Hay que soltar un poco el control y permitirnos flexibilidad de reacción”, declara.

Durante la presentación de su libro en Córdoba, comentó que otra forma de autocuidado es acompañarse de otras mamás, ya que se trata de un espacio de comprensión, de total libertad de expresión, de desahogo, de no sentirse solas y de crear una comunidad que resuena con la vivencia de ser madre.

Sobre el olvido de algunas cosas que experimentó durante su embarazo la presentadora Azahara Castro, Irene de Torres afirmó:
“Ha sido seleccionado evolutivamente que la madre se centre en el bebé por su supervivencia. Esto tiene que ocurrir sí o sí, lo quiera o no la madre, y la neuroanatomía se va a condicionar para ello, para que nuestra atención se priorice en todo lo que tenga referencia con la cría, con el recién nacido. Entonces, podemos sentirnos más dispersas, más despistadas, pero lo importante no se nos va.”

Al referirse al microquimerismo fetal, esto quiere decir que hay células del feto que se quedan en la madre para siempre. La misión de estas células, generalmente, es reparar tejidos, existen más casos que han ayudado a sanar una patología de la madre.

Sentir orgullo por su propia maternidad, es el objetivo de este libro, así lo manifestó su autora: “Que le guste su propia maternidad, que le encante vivirla, con sus partes buenas, -que espero sean la mayoría para todo el mundo- y con las pequeñas cositas, más incómodas o difíciles.”

La autora

Irene de Torres García cuenta con amplia experiencia laboral en el campo de la Neurorrehabilitación, así como en el área de la rehabilitación infan­til. Graduada también en Psicología, cuenta con másteres en Inteligencia emocional y Neuropsicología. Es formadora acreditada de Disciplina Positiva en familias, primera infancia y parejas, así como de lengua de signos para bebés.

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