Si eres consciente de la forma en la que trabaja el cerebro, serás mucho más eficiente. Necesitas descansar y relajarte, no intentar hacer muchas cosas a la vez y dividir las tareas en pasos sencillos.
A tu cerebro le gusta estar activo, pero también necesita descansar después de un período de actividad para poder reabastecerse de nutrientes y neurotransmisores químicos. Se recomienda descansar 10 minutos cada hora.
Cuando estás estresado, tu cuerpo se prepara para luchar o para escapar del peligro. El corazón late más deprisa, la digestión se para, la sangre se va a las extrermidades y al cerebro le falta energía. En estas circunstancias, será muy difícil que puedas concentrarte en nada. Procura relajarte antes de empezar ninguna tarea.
Trabajar en modo multifunción no suele dar buenos resultados. Si estás saltando constantemente de una actividad a otra, te resultará más difícil prestar la atención adecuada y a tu cerebro le resultará más difícil concentrarse. Eso tiene un impacto en tu productividad. Además de perder tiempo, porque cada cambio necesita un período de adaptación, es más fácil cometer errores.
Puedes entrenar a tu cerebro a enfocarse en una tarea durante períodos cortos de tiempo. Un método para hacerlo es la técnica Pomodoro. Trabaja exclisvamente en la tarea escogida durante 25 minutos seguidos, descansa 5-10 minutos y repite. Trabaja y descansa así durante tres intervalos. Si necesitas un cuarto intervalo, tómate al final un descanso más largo, 15-30 minutos.
Esta técnica recibe este nombre porque los intervalos se cronometran con un tomate mecánico de los que se utilizan en la cocina para medir el tiempo de cocción.
Técnica pomodoro
Si encuentras que te cuesta enfocarte durante 25 minutos, empieza por inervalos de trabajo ininterrumpido más cortos y ve incrementando el tiempo a medida que consigues enfocarte durante el intervalo escogido. Puedes empezar por 5 minutos de trabajo intenso seguidos por 5 minutos de descanso tres veces al día. Cada dos o tres días puedes ir incrementando el tiempo de concentración a intervalos de 10, 15 y 20 minutos, hasta llegar a los 25 minutos.
Antes de usar la técnica Pomodoro, necesitas dividir el trabajo en tareas sencillas que puedas terminar durante un intervalo.
Si aprendes a enfocarte mejor en las tareas que haces, eres capaz de llevarlas a cabo, incluso las terminarás más rápido, y eso te hace sentirte mejor. Completar la tarea que te has propuesto activa los centros de placer del cerebro. Incluso las tareas más aburridas hacen subir los niveles de dopamina cuando las terminas; te sientes satisfechos, más motivado y tienes casi la misma sensación que cuando has logrado hacer algo importante. Cuando disfrutas de lo que haces, tu cerebro funciona aún mejor.