Aunque sea algo pequeño o te parezca poco imortante.
No hace falta que intentes hacer algo tremendo que no hayas hecho nunca. No es necesario que te apuntes a un curso de vuelo sin motor o que intentes correr tu primer medio maratón y ganarlo. Puedes ordenar un cajón, arreglar un enchufe, dar 10.000 pasos, pintar una lámpara, o tomar el café con una cucharada menos de azúcar. El caso es que tú lo decidas y que lo hagas bien.
Tomar una decisión, por pequeña que sea, nos hace sentir en control. Lograr un objetivo que nos hemos propuesto nos hace sentir bien. Y son un entrenamiento para tomar decisiones y lograr objetivo mmás importantes.
Y si consigues llenar esos momentos sueltos del día con pequeños logros propios, puedes convertir un día aburrido en un día útil.
Y cuando te acostumbras a lograr lo que te propones, puedes llegar muy lejos.
