Prueba a cerrar el puño fuertemente cuando necesites hacer acopio de fuerza de voluntad para hacer algo que deberías hacer, o para no hacer lo que no deberías. Este acto tan sencillo enciende la zona del cerebro asociada con la fuerza de voluntad.
Pruébalo cuando estés a dieta y tengas un antojo tremendo de comerte un dulce, o de comer algo salado, como patatas fritas.
