Si consigues calmar tu conversación interna y tus pensamientos dormirás mejor.
¿Cómo hacerlo?
Supongamos que estás en la cama y no puedes dormir.
Primero relajación fisiológica
Empieza por el pie y la pantorrila de la pierna izquierda, por ejemplo, contrae los músculos y empuja hacia el colchón. Mantenlo unos segundos, di ¡relajar! y afloja todos los músculos que estabas tensando. Ahora sube al muslo de la pierna izquierda y repite la operación de tensar, empujar y relajar.
Puede ser que te resulte más fácil contraer y relajar la pierna entera que hacerlo por partes. Puedes empezar por la pierna derecha.
Prueba lo que te vaya mejor.
Sigue por la pierna derecha. Contrae y relaja el pie, la pantorrilla y el muslo.
Ahora es el turno de la parte inferior del tronco, contrae los músculos, aprieta y relájate.
Después sigue la parte superior del tronco, ambos brazos y la cabeza. Termina por bostezar o tensar y relajar la mandíbula, lo que prefieras.
Otra forma de relajar los músculos
Es muy parecido porque necesitas pasar por cada parte de tu cuerpo, pero no necesitas contraer los músculos. Intenta imaginar que están blandas y calientes. Si te dices “Mi brazo derecho está blando y caliente” e intentas imaginarlo así, normalmente aumenta el flujo sanguíneo hacia el brazo y empezarás a sentir que se calienta un poco, o quizás un cosquilleo. Al parar de pensar en el brazo derecho y pasar al tronco, por ejemplo, se queda relajado. Cuando llegues a la cabeza, puedes pensar que la cara está blanda y caliente; termina por pasar imaginariamente tu mano por el pelo.
Esta forma de relajarse funciona muy bien, aunque suele ser necesario practicar muchas más veces. De todas formas, no pierdes nada con probar y puede que sea la forma que funciona mejor en tu caso.
Segundo visualización
Cierra los ojos. Imagina que estás en tu sitio privado… ¿No tienes uno? Entonces imagina que estás un lugar muy tranquilo. Puedes estar balanceándote suavemente en una barca en medio de un lago en calma. Otra opción es imaginarte que estás meciéndote en una hamaca de terciopelo negro en una habitación a oscuras.
¿Estás ya ahí?
Lo último es dejar la mente en blanco
De una forma
Una vez nos hemos relajado y apartado mentalmente del mundo, podemos acallar la conversación interna. Repite “No pienses en nada. No pienses en nada. No pienses en nada… ” y hazlo al menos 10 veces. Trata verdaderamente de no pensar en nada. La mayoría de las personas ya se han dormido antes de llegar a la décima repetición. Algunas necesitarán repetirlo una docena de veces.
O de otra
Si eres de las pocas personas que no lo consiguen, hay otro método para calmar la mente. Basta con preguntarte “¿Cuál va a ser mi siguiente pensamiento?” Probablemente tu cerebro empezará a ir más despacio, no te preocupes, se trata de eso. Espera y si te llega un pensamiento, acéptalo sin juzgar “Vale. Este es mi pensamiento.” Y vuelve a preguntarte “Mi siguiente pensamiento va a ser… ” y vuelve a esperar y a aceptar tu nuevo pensamiento cuando venga. Casi nadie llega a preguntárselo por cuarta vez y no conozco a nadie que haya pasado de la sexta vez.
Esta última técnica también sirve para alejar pensamientos negros o para calmarse antes de enfocarse en otra tarea.
Practica mucho
Si lo haces, llegará un momento en que te bastará con tensar y relajar un grupo de músculos cuando te des la orden para que todo tu cuerpo se relaje completamente.
Muchos lo consiguen simplemente tensando la mandíbula y aflojándola al decir “relajar” pero tu puedes preferir los brazos o cualquier otra parte del cuerpo.
Te habrás creado un lugar especial adonde puedes retirarte mentalmente, donde nada ni nadie te molesta y que puedes usar en otros momentos, además de tranquilizarte antes de dormir, para dar un paso atrás y ver tus problemas desde otro ángulo o simplemente ser creativo.
Y serás capaz de parar caulquier momento el tren de pensamientos que te distraen y te causan ansiedad para poder enfocarte en lo que realmente te interesa.
Si tienes tiempo, prueba a darte un baño relajante con aceite de lavanda antes de acostarte. También ayuda.
o prueba jabón o gel de ducha con lavanda