Quienes conducen frecuentemente deberían saber como hacerlo. No siempre pueden venir a rescatarte.
Aprender a cambiar una rueda pinchada es una habilidad que todo conductor debería adquirir. Podría llegar a salvarte la vida, especialmente si la llanta se pincha en una noche gélida de invierno o una tarde de otoño particularmente fría, lluviosa y ventosa.
La buena noticia es que las herramientas necesarias para completar la tarea suelen venir con el automóvil al comprarlo, incluso viene con una rueda de repuesto.
No está de más verificar que las herramientas que trae son las más adecuadas en tu caso. Yo no soy muy fuerte y necesito una llave inglesa y un gato especial.
También hay que comprobar de vez en cuando que la rueda de repuesto del coche está en orden y que se podrá usar si es necesario.
Si ya sabes cambiar una rueda pinchada, podrías ocuparte de que los otros conductores en tu vida también sean capaces de hacerlo.
Si no tienes coche y vas en bicicleta, seguro que no tendrás rueda de repuesto. Pero no sería mala idea llevar alguna herramienta y una caja de parches. Podrías arreglar la rueda y seguir andando.
Una forma de ver dónde está el pinchazo es hinchar el neumático y meterlo en un cubo con agua. Las burbujas de aire que se escapan a través del agua indican donde se ha pinchado el neumático.